La EPOC es una enfermedad pulmonar crónica y progresiva que se caracteriza por la obstrucción del flujo de aire en los pulmones. Esta obstrucción generalmente es irreversible y está asociada principalmente con el tabaquismo, aunque la exposición a sustancias irritantes en el aire también puede contribuir.

Los síntomas comunes de la EPOC incluyen dificultad para respirar, tos crónica, producción excesiva de esputo, opresión en el pecho y fatiga. Estos síntomas pueden empeorar con el tiempo y afectar significativamente la calidad de vida.

La principal causa de la EPOC es la exposición al humo del tabaco, pero también puede estar relacionada con la exposición prolongada a otros irritantes pulmonares, como vapores químicos o contaminantes ambientales. El diagnóstico generalmente se realiza a través de pruebas de función pulmonar.

El tratamiento de la EPOC se centra en aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida y prevenir la progresión de la enfermedad. Esto puede incluir la cesación del tabaquismo, medicamentos broncodilatadores, terapia de oxígeno, rehabilitación pulmonar y, en casos más avanzados, intervenciones quirúrgicas o trasplante de pulmón.

La gestión efectiva de la EPOC implica un enfoque multidisciplinario que aborde tanto los aspectos médicos como los cambios en el estilo de vida para optimizar la función pulmonar y minimizar las complicaciones.